La ecografía es una prueba que se hace con ultrasonidos, una técnica de imagen que permite ver dentro del cuerpo humano. No es invasiva, no causa daño al futuro bebé ni a la madre y permite ver y medir al feto mientras se está desarrollando. La ecografía 2D, la habitual, permite ver una imagen del feto en dos dimensiones. En la 3D se le ve con volumen, es decir, en tres dimensiones. Y en la 4D, además, se añade el movimiento.
¿Cuándo se puede hacer una ecografía 4D?
Se puede realizar en cualquier etapa gestacional dentro del período que comprende a partir de las 12 semanas y hasta avanzado el tercer trimestre. Los especialistas recomiendan hacer una al menos entre las semanas 24 y 32 de embarazo (a partir de la semana 32 es muy difícil obtener imágenes en 3D y 4D). Pero al ser inocua, en realidad se pueden realizar cuantas ecografías se deseen.
La calidad de la imagen permite descartar malformaciones del feto
La ecografía 4D no sustituye a la 2D, pero permite valorar mejor la actividad fetal al ver las imágenes en movimiento y en tiempo real. La calidad de la imagen es muy alta, por lo que posibilita valorar la morfología y la dinámica fetal, así como los parámetros de su perfil biofísico. El especialista observa con gran precisión los volúmenes fetales, lo que facilita la detección de malformaciones o la valoración del estado del líquido amniótico, el cordón umbilical y la placenta. Además, permite a los padres disfrutar del crecimiento de su hijo, ver sus rasgos, cada vez más nítidos, observar cómo saca la lengua, cómo abre y cierra la boca, mueve los deditos… Las ecografías 4D fortalecen el vínculo padres – hijo.
Un recuerdo para toda la vida
¿Qué material gráfico se entrega a los padres? Normalmente, los padres se llevan a casa fotos en color, CD con las imágenes y un DVD con los videos de la ecografía para poder visualizarlos también con familiares y amigos.
* Es preferible acudir a la prueba habiendo comido algún alimento y no aplicar previamente ningún tipo de crema en la barriga de la embarazada.